La resina es una sustancia orgánica, líquida y pegajosa de
color amarillento segregada por muchas plantas, principalmente por árboles de
la familia de las coníferas.
La resina al entrar en contacto con el aire se vuelve sólida
y desprende un humo de olor muy aromático al ser quemada.
Según sus características las resinas pueden ser:
- Duras, son resinas brillantes y quebradizas. Entre ellas encontramos el ámbar o el copal.
- Oleorresinas, semisólidas y pegajosas. Contienen aceites esenciales. La sangre de drago es una de estas resinas.
- Gomorresinas. En este grupo tenemos el incienso, la mirra y la asafétida.
Hoy en día la resina es utilizada la fabricación de colas, barnices,
incluso aditivos alimenticios, y también es frecuente encontrarla como
componente de ciertos perfumes o de inciensos.
En cambio, si nos remontamos siglos atrás nos encontramos
con el uso más antiguo que se le ha dado a esta sustancia, la de aromatizar.
Ya los antiguos egipcios utilizaban la resina en sus ritos y
a lo largo de la historia la mayor parte de las culturas lo han empleado tanto
para la religión como para rituales mágicos.
Dependiendo de cuál sea nuestro propósito así necesitaremos
utilizar unas resinas u otras o una combinación de varias.
Para quemarlas se utilizan unos recipientes especiales
llamados pebeteros o sahumerios y se colocan directamente sobre carbón vegetal
o ceniza caliente.
El humo de las resinas no sólo crea un ambiente agradable,
también ayuda a concentrarse y en la meditación, sirve como vehículo para
alcanzar un estado elevado de conciencia, aleja las energías negativas,
purifica tanto el lugar como a las personas, … Su poder de controlar y equilibrar
las fuerzas energéticas de la naturaleza lo convierte en un gran aliado en los
rituales mágicos para apoyar en la consecución de nuestro objetivo.
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