jueves, 22 de noviembre de 2012

Mirra, potencia tus rituales mágicos





La mirra es una resina amarillenta exudada por el árbol Commiphora Myrrha que al solidificarse adquiere un tono entre rojizo y pardo.

Se trata de una sustancia aromática y amarga que desde tiempos muy antiguos ha sido empleada en medicina, para preparar ungüentos, en la elaboración de perfumes o como componente de ciertos inciensos para su uso en ceremonias religiosas o rituales mágicos.




Entre sus propiedades medicinales está la de combatir las infecciones e inflamaciones bucales, como llagas o la gingivitis, su eficacia contra el dolor de garganta y su uso como astringente.

Es empleada también como antiséptico en dentífricos y enjuagues bucales, además de cómo tónico y estimulante.

El aroma de la mirra mejora la meditación.

En el plano mágico, la mirra aleja las energías negativas y los malos espíritus, limpia los lugares y las personas, protege contra el mal de ojo, los hechizos y la brujería, y refuerza el poder de los rituales.



miércoles, 21 de noviembre de 2012

Incienso puro, purificador y protector





Habitualmente, cuando hablamos de incienso, nos referimos a una mezcla de resinas, aceites y esencias, que es la forma en la que solemos encontrarlo, ya sea en varillas, en conos, en polvo, en grano… Gracias a ello, existe una gran variedad de inciensos en el mercado con diferentes aromas y propiedades dependiendo de la mezcla que se haya realizado para conseguirlos.

El incienso original, en estado puro, el olíbano, es la resina obtenida del árbol Boswellia Sacra, también conocido como fanquincienso o francoincienso.




Esta resina es una savia lechosa que puede recogerse con la mano ya que se coagula nada más entrar en contacto con el aire. Una vez endurecida sólo hay que rasparla un poco y dejarla en un recipiente para que termine de solidificarse formando pequeñas perlas.

Para obtenerla basta con hacer un pequeño corte en el tronco o las ramas del árbol, o bien retirar una pequeña porción de su corteza.




Se trata de una resina de olor intenso, aromático y relajante lo que la convirtió en una materia altamente cotizada en la antigüedad, siendo su uso principal el religioso.

También era frecuente su empleo para embalsamar a los muertos o camuflar el olor de estos durante los velatorios.

El olíbano es útil para descongestionar y regular las secreciones, es refrescante, sedante, calma la ansiedad. También acelera los estados de meditación.

En el plano mágico, el incienso puro purifica el ambiente y las emociones, limpia las energías negativas, nos conecta con las vibraciones más altas, proporciona energía personal, protege.

Su uso es recomendable en rituales de evolución y adoración.



sábado, 17 de noviembre de 2012

Resina, un gran poder preparado para quemar


La resina es una sustancia orgánica, líquida y pegajosa de color amarillento segregada por muchas plantas, principalmente por árboles de la familia de las coníferas.




La resina al entrar en contacto con el aire se vuelve sólida y desprende un humo de olor muy aromático al ser quemada.

Según sus características las resinas pueden ser:

  •          Duras, son resinas brillantes y quebradizas. Entre ellas encontramos el ámbar o el copal.


  •          Oleorresinas, semisólidas y pegajosas. Contienen aceites esenciales. La sangre de drago es una de estas resinas.



  •          Gomorresinas. En este grupo tenemos el incienso, la mirra y la asafétida.




Hoy en día la resina es utilizada la fabricación de colas, barnices, incluso aditivos alimenticios, y también es frecuente encontrarla como componente de ciertos perfumes o de inciensos.

En cambio, si nos remontamos siglos atrás nos encontramos con el uso más antiguo que se le ha dado a esta sustancia, la de aromatizar.

Ya los antiguos egipcios utilizaban la resina en sus ritos y a lo largo de la historia la mayor parte de las culturas lo han empleado tanto para la religión como para rituales mágicos.

Dependiendo de cuál sea nuestro propósito así necesitaremos utilizar unas resinas u otras o una combinación de varias.

Para quemarlas se utilizan unos recipientes especiales llamados pebeteros o sahumerios y se colocan directamente sobre carbón vegetal o ceniza caliente.



El humo de las resinas no sólo crea un ambiente agradable, también ayuda a concentrarse y en la meditación, sirve como vehículo para alcanzar un estado elevado de conciencia, aleja las energías negativas, purifica tanto el lugar como a las personas, … Su poder de controlar y equilibrar las fuerzas energéticas de la naturaleza lo convierte en un gran aliado en los rituales mágicos para apoyar en la consecución de nuestro objetivo.



lunes, 12 de noviembre de 2012

Sahumerios, el poder purificante del humo


Ya en épocas muy remotas era habitual utilizar el humo como medio para limpiar, purificar, para alejar las energías negativas o los malos espíritus.




Numerosas son las culturas que a lo largo de la historia se han valido del humo. Médicos y sanadores, profundamente influenciados por sus creencias religiosas, se ayudaban con los sahumerios para alejar el mal del enfermo, al que muchas veces se consideraba poseído por fuerzas malignas.

De forma inconsciente, estos profesionales de la curación aplicaban sobre sus pacientes una gran fuerza sanadora, la del humo. Aunque no conocían en profundidad su potencial limpiador y purificador, sí que supieron beneficiarse de él en sus prácticas.

Igualmente, los sahumerios han formado parte de las religiones desde muy antiguo, siendo una especie de ofrenda para los dioses, una manera de llegar hasta ellos. Todavía hoy en día el uso del incienso es habitual en muchos ritos.




También es frecuente su uso en los ejercicios de relajación o durante la meditación.

Pero dónde alcanzan su máxima importancia es en los rituales mágicos. Los sahumerios forman una parte importante de las tradiciones esotéricas, donde quemando incienso, esencias, aceites o plantas se logra restablecer y equilibrar las energías. El humo al ascender forma un canal de purificación que limpia el ambiente de energías negativas ayudando a realizar el ritual ya que permite alcanzar la armonía energética tanto de los participantes y como del lugar.

El recipiente en el que se van a quemar las sustancias elegidas es conocido sahumerio, sahumador o pebetero.




Dependiendo del propósito que se persiga deberemos elegir el aroma más apropiado de nuestro sahumerio. La elección de esta será de gran importancia para que el ritual dé sus frutos. 



viernes, 9 de noviembre de 2012

Incienso, la magia convertida en humo


¿Quién no ha quemado alguna vez un poquito de incienso tratando de crear un ambiente relajado y tranquilo? ¿O tratando de encender la chispa de la pasión? ¿O simplemente para disfrutar de su perfume?

De forma inconsciente nos valemos del incienso sin caer en la cuenta de que no se trata únicamente de una sensación olfativa, de que el poder de los inciensos va mucho más allá.




Ya en épocas antiguas este derivado de la resina era utilizado no sólo para aromatizar sino también para crear buenas vibraciones. Formaba parte del día a día  pero también era empleado en la meditación y en rituales religiosos.

Los antiguos egipcios usaban inciensos y perfumes en sus tratamientos médicos además de en sus ceremonias religiosas.

En otras culturas además de perfumar el hogar servía para purificar a sus mujeres y era considerado un presente digno de reyes.

El incienso, preparado a partir de resinas vegetales a las que habitualmente se añaden aceites esenciales, tiene hoy en día uso religioso, terapéutico y para crear ambiente. Pero también tiene un uso menos conocido aunque no por ello menos importante, el de manejar las energías a nuestro favor, el uso en rituales mágicos para ayudarnos a conseguir algún propósito, a solucionar problemas y alejarlos de nosotros o bien atraer  un poco de buena suerte en los momentos difíciles.

Para su uso doméstico y de ambientación lo más habitual es usarlo en barritas o conos, una presentación bastante atractiva a la vez que práctica.




En cambio, cuando se trata de rituales mágicos son poco recomendables ya que incluyen sustancias que pueden interferir negativamente en las propiedades mágicas del incienso.

En estos casos lo más recomendable es utilizarlos en estado puro, en polvo o grano, y aromatizado con diferentes esencias según el propósito para el que lo vayamos a necesitar.




Estos propósitos pueden ser muy diversos, desde encontrar trabajo o mejorar nuestra economía, hasta conseguir el amor de una determinada persona, pasando por recuperar nuestra salud, entre otros.

En un ritual los inciensos limpian, preparan, alejan las energías negativas equilibrando las fuerzas… Consiguen la armonía necesaria para que la magia del ritual funcione.

Pero, aunque sea la manera más efectiva,  no sólo podemos beneficiarnos de su poder a través de rituales esotéricos. La fuerza mágica del incienso se hace latente simplemente con quemarlo. Dejar que su humo nos envuelva es suficiente para entrar en sintonía con él y que nos ayude con nuestros problemas.

jueves, 8 de noviembre de 2012

El druida, sacerdote, sabio y mago, heredero de la sabiduría de los celtas


Si pensamos en druidas viene a nuestra mente la imagen de un anciano de pelo y barba gris, vestido con una túnica blanca y blandiendo una especie de varita mágica construida con una rama de árbol. Lo más probable es que te lo imagines añadiendo un puñado de hierbas a un caldero en el que está preparando una de sus pociones u observando sus runas en busca de una respuesta.



El cine y  la literatura ha convertido la figura del druida casi en algo mítico, en un personaje legendario que tenía en su poder la piedra filosofal, el tótem de la sabiduría.

Sin duda alguna, uno de los símbolos más representativos de la herencia que nos ha dejado la cultura celta es el de sus druidas. Estos no sólo eran sacerdotes, también aplicaban su sabiduría a la astronomía, la curación, la magia y la adivinación.

Grandes conocedores de la naturaleza, basaban su magia en las propiedades curativas de las plantas y la energía de las piedras, al tiempo que cultivaban su espiritualidad, requisito imprescindible para conseguir el equilibrio necesario entre lo espiritual y lo material.

Los druidas tenían un conocimiento muy avanzado de las fuerzas de la naturaleza, motivo por el cual se les suele representar rodeados de árboles y animales. El culto a los árboles le permitía conectar con la naturaleza, fundirse con ella hasta el punto de poder controlar las tormentas o transformarse en animales y plantas.




Tan importante era esta conexión que para la iniciación era necesario que el aprendiz viviera por una temporada en el bosque, apartado de su comunidad y, una vez iniciado, debería abandonar esta para vivir la mayor parte del tiempo entre los árboles. Sólo así alcanzaba la simbiosis con la naturaleza y completaba sus conocimientos, siendo ambas cosas imprescindibles para conseguir su capacidad mágica.
  
La magia de los druidas se dividía en dos corrientes, una lunar y otra solar, oscuridad y luz, femenino y masculino, que se complementaban la una con la otra.

La sabiduría de los druidas era transmitida de manera oral, de un individuo a otro, por lo que una parte importante de sus conocimientos se han perdido a lo largo del tiempo. Pero, por suerte, sólo fue una parte lo que se perdió y no todo. La tradición ha ido pasando de una generación a otra hasta llegar al día de hoy permitiendo a unos pocos privilegiados tener en sus manos el poder de conocer y manejar las energías y las fuerzas de la naturaleza.

Combinando diversas plantas, flores y piedras o gemas y ritualizándolos, el druida es capaz de concentrar todo su poder sobre el control de los flujos energéticos en pequeños amuletos o talismanes que nos ayudan a equilibrar las energías, alejando las negativas y atrayendo hacia nosotros las positivas.




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